domingo, 20 de octubre de 2013

I Carrera por Montaña "Cumbres Hurdanas"

...unos días antes de la celebración de esta carrera en Las Hurdes terminé de leer un libro de un tal Raul García Castán. "Con los pies en la sierra: Diario de un Corredor de Montaña", así se llamaba el libro. El autor es un destacado corredor de montaña con muchos títulos a nivel nacional, europeo y mundial. El libro me gustó mucho porque en contra de lo que esperaba no utiliza la épica como hilo conductor de lo que cuenta. No se recrea en el sufrimiento como camino a la gloria. Que va, habla de su vida, de sus cosas, lo que pasa es que una de las cosas que hace es correr por montaña, y lo cuenta... dándose la misma importancia que si hubiera sido un tornero fresador o un perito textil... Me encantó como escribía, nunca me he preocupado de su palmarés como corredor, ni de las pruebas en las que competía, ni nada de eso. A mi me gustó su libro, un escritor que corre...

...después de esta introducción lúdico-festiva, vamos al lío



La prueba se estrenaba dentro del Circuito de Carreras por Montaña de Extremadura, además de ser una de las cuatro citas de Copa. Había un gran ambiente en la plaza de Caminomorisco, muchas caras conocidas. Se homenajeó a la verata Vanesa Ortega, recién proclamada subcampeona del mundo de Carreras Verticales. El día amaneció un pelín nublado, con bastante humedad en el ambiente, de hecho los días previos llovió abundantemente.




El perfil de la carrera en principio me gustaba, la primera parte subiendo y la segunda bajando. Habíamos oído hablar de los cortafuegos que teníamos que subir. Se supone que había 3 subidas fuertes seguidas, cada una coronada por un avituallamiento. En seguida la cosa se puso seria, salimos del pueblo y casi sin darnos cuenta ya estábamos enfilando grandes cuestas y de repente estábamos en el primer cortafuegos. Muy serio. Ya sin correr, yo pensaba, los primeros irán andando?. Este primer cortafuegos era muy duro, probablemente de los más verticales por los que he corrido (andado).


Tras el primer cortafuegos, y con el premio que supone el avituallamiento, el terreno te da un respiro, tomas un poco de aire y a por el segundo... Este parecía un poco mas sencillo, eso sí, más largo. De nuevo avituallamiento, de nuevo el terreno te deja recuperar y a por la tercera subida.

El tercer punto importante, es el pico "Arrobuey", además marca el punto de inflexión en el recorrido, a partir de allí a volar. El ascenso a este último pico es más pausado, no existen grandes pendientes, se sube de una manera natural, con continuidad en el ritmo. Además las vistas debían ser impresionantes, y digo "debían ser" porque con la niebla casi no se podía adivinar el paisaje de los montes hurdanos. Iba bastante contento porque mi ritmo en la subida era mejor de lo que esperaba, no estaba nada cansado y mis sensaciones sólo eran malas cuando tenía que andar debido al desnivel, eso hay que mejorarlo...



A esta prueba, como viene siendo ya habitual me desplacé con Javi García desde Mérida, en esta ocasión Juan Antonio Orgaz nos esperaba en Caminomorisco... No está mal contar como compañero de entrenamientos y de viajes con el actual líder del campeonato. En realidad sólo nos vimos en la salida, calentando, porque nada más empezar, cada uno a su ritmo. Lo bueno es que al ser los cortafuegos tan largos veía a mis compañeros por delante, Juan Antonio destacado, Javi detrás y yo como a 200 metros de éste. De hecho cuando coronaba el pico Arrobuey llegué a colocarme a escasos 50 metros de Javi. Me dije a ver si le pillo bajando... que iluso...

...y empezó la bajada, y donde estaba Javi?... se esfumó, yo pensaba que yo bajaba rápido, pero lo de este chico, en fin. Bueno yo a lo mío, a bajar, además se podía correr, no había ningún tramo técnico. Únicamente había que tener cuidado por algún desnivel pronunciado que junto a las piedras sueltas del camino podían acortar la distancia entre tus posaderas y el suelo. Vamos que te podías resbalar... Empecé a adelantar a muchos corredores, muy buenas sensaciones, caminos muy cómodos. La verdad es que era demasiada distancia para ir tan rápido y empecé a notar el cansancio a falta de cinco kilómetros. Bueno, ya sólo había que dejarse caer, por inercia, por gravedad... 

...ya iba por el kilómetro 16 y desde que empezamos a bajar nadie me había adelantado, seguía disfrutando pasando a corredores, como un depredador, según iban apareciendo se convertían en presas que había que pasar, como fuera...

...pero siempre hay un pez más grande

...de repente empiezo a oír los pasos de alguien que viene por detrás, cada vez más cerca. Ésto ya lo he vivido, me digo, es mi déjà vu en la montaña... ya me pasó en la carrera de Quintana. Justo cuando empezamos a subir un pequeño repecho me alcanza. "Hombre Marco, venga vamos", me dice el amigo. Era José María Díaz Alías, un tomate rodante de Miajadas. Pues venga, vamos... y me voy con él, empezamos juntos una bajada pronunciada, pero que vá, sólo aguanto un rato, no soy capaz de seguirle... No soy capaz de ir más rápido, el cansancio me puede, desisto y me dejo ir... Ya apenas quedan 2 kilómetros, adelanto a Chisco, que iba despacio, medio lesionado... Ya veo el pueblo...


...muy contento, alegre por terminar, la gente te aplaude en las calles. Buena carrera, muy satisfecho, entro marcando un tiempo de 2:05:40, muy lejos del tiempo que marcó Pedro José Hernández, nuestro Kilian de Torrejoncillo, 1:30:04. Por cierto junto a Pedrito entró otro corredor, un tal Raul García Castán, sí, el autor del libro que acabé el día antes de la carrera y yo sin saberlo... un corredor que escribe... 



...para poner un fin, queda decir que la carrera estuvo muy bien organizada, el escenario era extraordinario, me encantaron los cresteos entre pico y pico, con caminos muy claros, prácticamente no se necesitaban balizas. Hubiera preferido algo más agreste, más trochas, buscar el camino... pero eso es otro tipo de carrera.

...fue un placer conocer Las Hurdes corriendo


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