domingo, 29 de septiembre de 2013

Maratón de Montaña Pueblo de los Artesanos

...con mucho miedo y casi sin darme cuenta llegó el día, mi primera maratón por montaña. Era la primera prueba seria después del verano, quizá demasiado pronto, quizá demasiado cerca de la playa y de las cañitas estivales. El caso es que entrenar, lo que es entrenar si que lo hicimos. Todo el mes de agosto acumulando kilómetros, con tiradas largas que continuaron el mes de septiembre, pero con la sensación de que no era suficiente según nos acercábamos a la prueba. Como viene siendo habitual mi socio fue Sergio, que se estrenaba en la distancia de los 42 km. No está mal para empezar, una de montaña...

...y llegó el día, madrugón para poder estar a las 9 en línea de salida. Al ser una carrera que comienza en Portezuelo y acaba en Torrejoncillo teniamos que organizar los coches, uno en la salida y otro en meta para evitar utilizar el autobús que ofrecía la organización. Más que nada porque el autobús salía a las 7:30 de Torrejoncillo a Portezuelo y eso implicaba madrugar más todavía...


...habíamos oído hablar mucho sobre la carrera, que si era muy dura, que si verás la Silleta, que si cortafuegos "parriba", que si cortafuegos "pabajo". En fin, lo que era indudable es que se subían casi 1.500 metros y se bajaban otros tantos, es decir se acumulaban 3.000 metros de desnivel, uno detrás de otro. Era para tener un poco de miedito, no?...


...mi referencia en carreras por montaña tenía dos hitos muy claros, Jerte y Pencona, dos carreras agraciadas por su entorno natural y su organización excelente. En este caso, se planteaban cuatro carreras a la vez, Maratón, Mini-Maratón, Cross y BTT, casi "ná". Muchas caras conocidas, muchos kilómetros por delante, mucha ilusión en la gente y los pueblos por los que transcurre la prueba, entregados a la causa. No falló ni la climatología, propia de montaña, niebla, humedad, lluvia y viento. Mejor imposible.

...desde Mérida organizamos un grupete de "montañeros" para el evento, Falcón, Juan Antonio, Javi García, Sergio y yo mismo, también conocí ya en Torrejoncillo a Antonio y Chisco, entre todos teníamos participantes en todas las pruebas que se disputaron ese día (maratón, media, cross y btt), y alguno subió al podio...




...como quien no quiere la cosa ya estamos corriendo, y apenas salir del pueblo, ya estamos subiendo, ascensión al castillo, sin anestesia. El recorrido es precioso desde el inicio, además me tomo la carrera con tal tranquilidad que disfruto al máximo de cada salto, de cada piedra, de cada vista. Primero el castillo, luego cresteando entre rocas, muy húmedas y resbaladizas, bajando dando un poco de rienda suelta a las piernas. Ya digo que el temor a la distancia nos hace tanto a Sergio como a mí ir muy, pero que muy despacio, nos autoconvencemos que ese es nuestro ritmo y nos olvidamos del cronómetro.

...el lema de la carrera era "La Montaña o tú", bueno en mi caso creo que empatamos, no ganó la montaña porque acabé la prueba y no gané yo porque el ritmo era verdaderamente lento. Hasta tal punto que los avituallamientos se convertían en cantinas en medio del campo, donde sólo me faltaba apoyar el brazo en la barra y pedir el periódico. Que estos comentarios no distraigan al personal, no podemos olvidar que es un maratón y con cuestas, la dureza era evidente. Así poco a poco fueron pasando los kilómetros, cayendo los cortafuegos, la mítica silleta, y después otro, y otro... Disfruté mucho en las bajadas, donde me permitía soltar las piernas solo un poquito por aquello de guardar las fuerzas para el final, que según el perfil también era en bajada. 







...el recorrido fue un acierto, la carrera era preciosa, me gustó incluso perderme, y creo que casi todo el mundo tuvo algún problemilla con la señalización. Las cintas algunas veces no se veían con el viento y eso le daba a la prueba un punto de "estado de alerta" constante. Yo seguía a lo mío, subiendo lento y bajando rápido pero sosteniendo, guardando fuerzas para la última bajada. Y así sin darnos cuenta de repente se acabaron las cuestas, ahí empezó mi martirio, cuando llegó el llano. Parecía que los kilómetros no bajaban, me quedan 7, me quedan 6, me quedan 5..... todavía 5... Para colmo de repente me veo rodeado de vacas y toros, suponemos que mansos, pero eso lo sabrían los animalitos, yo no... Nunca me he caracterizado por mi valentía ante estos bichos, aunque algún capotazo he dado, pero es que eran muy grandes y ya he tenido alguna experiencia de correr delante de una vaca o de un mastín. Son momentos en los que el miedo te hace correr como si lo tuyo fueran los 100 m lisos, aunque lleves acumulados 20 o 30 km. Mi compañero del momento, un chico esmirriaete, vestido de negro y con mochila, seguía como si nada y yo a su lado inicio la conversación:
  • Has visto eso?
  • El qué, las piedras?
  • No, las vacas. Qué hacemos?
  • Y qué pasa? Que te van a hacer?
  • Nunca has corrido delante de una?
  • Delante, detrás, al lado... soy de Coria.
...me hizo mucha gracia, el seguía como si tal cosa y yo no podía del miedo que tenía. Haciendo gala de mi valentía me coloqué de modo que mi socio momentáneo quedara entre las vacas y yo. Y me centré en vigilarlas, en el caso de que alguna se arrancara lo único que tenía que hacer era zancadillear al de Coria, para que se entretuvieran mientras yo subía a alguna encina. Al final no pasó nada y mi compañero no sabe lo cerca que estuvo de salir en los periódicos.

...seguían cayendo kilómetros, y seguía parándome en los bares (avituallamientos), ya estaba harto de correr y por fin vemos el pueblo, a lo lejos. La verdad es que yo pensé que la última parte picaba más hacia abajo y no fue así, la parte llana fue la que más se me atragantó. Últimos metros, una cuestita y cruzo línea de meta. 5 horitas y 7 minutos... Demasiado tiempo, normal que estuviera harto. Pero llegué bastante bien, buscando una cervecita (que tendrá), y algo que me reconstituyera, que se materializó en forma de bocata de chorizo energético.

...en meta me encontré mucha gente, la primera que me animó fue mi paisana Raquel, luego me enteré que había ganado el cross. También estaba por allí mi amigo Luis Rodríguez Holgado con los bártulos de retratar, ya le había visto subiendo la silleta. Al cruzar la meta me dice: "Pero donde estabas?", jejejeje... que grande...



...como conclusión, me encantó la carrera, muy buena organización. Me encantó el grupete que hemos formado para montañear por Mérida, tiene pinta de que de ahí puede salir algo, en forma de club de montaña o que se yo... La verdad es que me encantaría que mi club, que es de atletismo puro y duro, tuviera una sección "montaña", pero no sé... Ahí queda el guante...

...próximo objetivo "Cumbres Hurdanas", 20 de Octubre, Caminomorisco (Cáceres).









sábado, 28 de septiembre de 2013

Olga...

...desde muy niño mi deporte fue el futbol, que iba a hacer, es lo que uno mamaba, en casa, en el cole, en la calle... evidentemente aquello no era lo que es ahora, mi primera referencia fue Juanito... no se puede comparar...

...es una manera rara de reiniciar mi actividad de escriba, donde querré ir a parar?  ...esto no es un blog de correr?

...cuando todavía joven proyectabas tímidamente tu vida, cómo serías de mayor, siempre me veía jugando al futbol con mi hijo, o viéndole jugar al futbol, o entrando en el Bernabeu... y que curioso siempre era un niño...

...ahora, que soy padre de dos niñas y esperando que nazca la tercera, ya convencido de que los únicos calzoncillos que habrá en casa serán los míos. Qué, ahora qué?...nada como reeducar tu mente entre hormonas femeninas para lavar ese egoísmo masculino que tu subconsciente oculta...

...el atletismo llegó muy tarde, ya con 38 tacos, como veterano en el C.A.Diocles. No pasó inadvertido el ambiente que se respiraba entre los más jóvenes, en los entrenamientos, en las competiciones. El fabuloso trabajo que en mi club se hacía con los más pequeños, las caritas de felicidad que tenían, disfrutando, sin saber que hacían deporte... Alejados de la competición, jugando a hacer deporte y entrenando otros valores... Me gustó mucho y me ilusioné...

...las pistas destartaladas del Diocles se convirtieron en mi Bernabeu, y me vi entrando agarrado de la mano de alguna de ellas...

...hasta hoy su única referencia con las carreras era esperarme en meta para entrar conmigo en alguna maratón o alguna media. Hasta este año, en el que Olga ha querido apuntarse a atletismo... a correr, como dice ella... encantado, dije yo...

...y por fin llegó el momento, después de varios días de entrenamiento en el club, se celebraba un cross en Zafra, donde Olga con sus cinco añitos (casi seis), debutaría en categoría pre-benjamín, con su camiseta amarilla y negra.... que contenta....




...por supuesto por su cabeza no pasaba otra cosa que no fuera ganar la carrera, cosa que era imposible, yo lo sabía, acostumbrado a la certeza que yo tenía sobre mí mismo en mis carreras. Intenté vacunarla sobre eso, que si lo que importa es divertirse, que si hay niñas que corren más porque llevan más tiempo. En fin, ella solo veía la medalla que tendría cuando ganase... Que complicado es educar el fracaso, y que mal lo hacemos, desde pequeños nos enseñan a negarlo... Con lo necesario que es saber afrontarlo y crecerse ante él...



...y pasó lo que tenía que pasar, la carrera solo tenía 400 m, una vuelta a la plaza, ella tan contenta, esperando que sonase el silbato, con brillo en sus ojos, de ilusión... Salió como si fuera Usain Bolt, demasiado rápido, la perdí de vista en el primer giro, entre las primeras... Corrí en dirección contraria, hacia el lugar por el que debería venir, temiéndome lo peor. Aparecen las primeras niñas, más niñas, más... pero Olga no, por fin la veo, andando, de la mano de José, su entrenador... me acerco y veo de nuevo brillo en sus ojos, ahora son lágrimas. Me asusté pensando en que se había caído, pero no, al acercarme también vi su decepción... "Que bien lo has hecho cariño", le dije, pero no quería consuelo. José también la animaba, "Venga Olga, es que has salido muy rápido, pero no pasa nada, termina la carrera"... Pero no quería, y ahí pensé, se acabó el atletismo, y vi pasar el fantasma de la gimnasia rítmica por mi mente...

...entonces giramos, y apareció el arco de meta al fondo, y empezó a correr otra vez como Usain Bolt, con rabia en la cara, otra vez con ganas. Y cruzó la linea, acabando su carrera... eso la consoló, los aplausos de la gente, los ánimos del speaker, la bolsa del corredor... el abrazo de su madre, que ya borró sus lágrimas definitivamente, junto a un vaso de coca-cola que sólo daban a los que acababan y que para ella, por ser algo excepcional se convirtió en su particular trofeo. Además no fue la última...


...que mal rato pasamos su madre y yo, sin saber muy bien por donde saldría la cosa. "Quieres que nos vayamos, cariño?", mascullé entre labios. "No papi, quiero ver las demás carreras"...

...suspiré